"En el límite de la tierra de los hombres, erguido en la cumbre que embrujó sus noches, el joven alpinista yergue su cuerpo y su corazón, su alma y sus sueños.
Una región de nieve y rocas se extiende ante él hasta perderse de vista, en medio del silencio y el misterio infinito."
Gaston Rébuffat

6 de septiembre de 2013

TRILOGÍA EN EL MACIZO CENTRAL

En nuestro trabajo, todas las temporadas estivales, El Picu es el gran protagonista. Objetivo de gran parte de nuestros clientes, ya sean nuevos o habituales. Para los que trabajamos en él, todas las escaladas tienen algo especial y nunca hay dos iguales.
A lo largo del verano alternamos El Picu con ascensiones clásicas a Peña Santa de Enol, el Espolón de Los Franceses, crestas como La Cabrones - Torrecerredo o La Sur de Peña Santa entre otras muchas. Pero algo nos hace volver, ya sea el trabajo o el ansia por escalar, a esta mole calcárea que tantos buenos momentos nos da.




















Hacía bastante tiempo que no escalaba en la Oeste, algo casi intolerable que había que cambiar. 

Para desengrasar, quedé con Kako a mediados de Julio para hacer La Rabadá/Navarro, en mi opinión la mejor vía del Picu por todo lo que conlleva; trazado, futurismo, audacia e historia.


Kako en La Cicatriz

















Fue una escalada relajada hasta La Gran Travesía, donde unas amenazadoras nubes de evolución anunciaban el inicio del concierto.


Rapel para llegar a la segunda sección de La Gran Travesía 

















Aunque los primeros truenos sonaban aún lejos, nos pusimos el chip de "hay que salir de aquí". Paramos en la cumbre dos segundos para la foto y a correr.


¡¡Vámonos de aquí!!
  
















Teníamos la tormenta encima. Dos truenos ensordecedores sobre El Carnizoso nos lo hicieron saber.
Nunca habíamos hecho esto tan rápido. 1h 30 min. desde la Gran Travesía a la cumbre y 1h de la cumbre al refugio por la cara sur. Buen regreso a la Oeste.




Pocos días después volvemos a vernos en la vega. Esta vez Nano, Fer, Kako y yo. Un día genial de escalada y motivación entre cuatro amigos que compartimos pasión y profesión. Relato.

Fer. ¡Nunca te cansas de hacer este largo!
Nano, Fer, Kako y yo en la cumbre.






Pasados unos cuantos días, me llamó Johnny, para zanjar algo que teníamos pendiente desde hacia un par de años. 
Con injusta mala fama, Hedonista es una vía que ambos teníamos entre ceja y ceja. Nos subimos a Urriello y la tachamos de la lista de deberes pendientes. Creo que bien se merece unas páginas para ella.


Después de varios día de trabajo en Peña Santa y Peña Vieja, me llega un mensaje envenenado, de esos a los que no se decir que no. Diego me propone hacer La Rabadá (tercera del año), en el día desde casa, una escapada furtiva para aprovechar los pocos días libres que tenemos en común. Imposible negarse! Relato.

Tras un domingo como ese por El Picu, sin correr pero sin parar, a todos nos gustaría descansar el lunes, no madrugar y mutar por casa toda la mañana haciendo todo tipo de asaltos a la despensa y nevera. Pero éste no va a ser uno de esos días. Me esperan tres de las mejores jornadas de trabajo que he tenido nunca. 

Con un buen cliente y amigo, al que le gustan las largas tundas por el monte, tenía pendiente la Integral de Cabrones - Torrecerredo, una de las mejores aristas de Los Picos, una de esas crestas que, sin ser especialmente difícil, no dejan indiferente a nadie.

Preparamos todo por la mañana y después de comer salimos hacia Poncebos. Es media tarde y nos rendimos a la evidencia; Funicular a Bulnes y eso que nos quitamos.

La Canal de Amuesa se nos hace dura. Las "patas" de hormigón por la paliza de ayer no tienen la soltura que nos gustaría. Yo por La Rabadá y él por La Quebrapates de Peña Mea. Aún así, disfrutamos muchísimo.


Collao Cima, Amuesa. Los Albos al fondo.

















Trago de agua, manzana y a por La Llomba del Trave. Llegamos al final de la misma con las últimas luces y ya donde las primeras cuerdas fijas, antes del Jou de Los Cabrones, encendemos las frontales. 


Atardecer.

















Sobre las 22:00 llegamos al refugio donde nos reciben Melchor y Pablo. Cenamos un bocata bajo una noche estrellada increíble y poco después nos vamos a la cama. Mañana va a ser un día largo y la noche no tan confortable como la de hoy...

Desayuno a las 07:00 y media hora más tarde nos ponemos en marcha. Cruzamos el Jou y bajo las Agujas de Los Cabrones nos desviamos a la derecha para ir hacia el inicio de la Arista NO. No la he hecho antes pero con las indicaciones de Fer, que la hizo la semana pasada, no habrá problemas.


Inicio. La Reina nos vigilará toda la mañana.

















La arista no es para nada difícil. Mantenida entre el II y el III, sólo hay que ir buscándole un poco el itinerario más lógico, a ratos por el filo y otros por la vertiente de Dobresengos.


Primeras secciones aéreas. Dobresengos y Hoyo Grande.

















La roca no siempre es buena, como en casi todas las aristas, pero se deja trepar con comodidad. 
Las vistas son espectaculares y cada poco nos giramos para no perdernos la pequeña inmensidad de Los Picos. 


Picos de Dobresengos y el refugio ya muy abajo.

















En poco más de una hora llegamos a la cumbre de Los Cabrones, para mi, una de las más bonitas de Los Picos, afilada y aérea como pocas.
Un trago, unas fotos y seguimos.
Bajamos por la normal hasta la brecha.

Destrepando la ruta normal.

















Una vez en la brecha seguimos cabalgando a lo largo de este recorrido fantástico, siempre alerta, alternando trepadas, destrepes, rápeles...


Primer rápel hacia la vertiente de Dobresengos.

















Como si velara por nosotros, Peña Santa está ahí cada vez que echamos un vistazo a nuestro alrededor. Sin duda es "La Montaña" de Los Picos.

La última sección hasta la base del muro cimero de Torrecerredo es sencilla, ideal para relajarse un poco y afrontar el pequeño largo de IV, último escollo de este filo de cuchillo.


Murito de IV antes de la cumbre de Torrecerredo.

















A eso de las 13:15 llegamos a la cumbre y terminamos la integral. Vamos bien de tiempo, muy bien, y nos relajamos un rato. Comemos algo y bebemos en abundancia ya que el día no ha acabado. Nuestro plan sigue en pie y la motivación no hace más que aumentar.


Cumbre de Torrecerredo.

















Desde aquí, echamos un vistazo hacia atrás para recorrer de nuevo la arista con la mirada.

Gran parte de la Integral. Estética y afilada como pocas.


















Destrepamos por la normal encordados hasta el final de las dificultades. Nos desatamos, rehacemos un poco la mochila y nos vamos hacia el Jou de Cerredo.

Aquí llega la nota negra del día: Nos cruzamos con un Guía Acompañante, con cinco clientes. Me pregunto a mi mismo como les pensará asegurar a todos... Sencillamente no se puede! Qué locura! 
El ratio para estas ascensiones, es de 1-2, máximo 1-3, siempre en cuerda corta y todos con arnés. Por no hablar que el Seguro de Accidentes no cubre estando fuera de sus competencias. En fin...

Nosotros dos seguimos a lo nuestro y en apenas 1h 30min. estamos en La Corona del Raso, delante de la imponente cara Oeste. Dos patadas más y a eso de las 16:00 estamos sentados en la acera del refugio, comiendo un poco más en serio que hasta ahora. Hay que reponer fuerzas ya que el plan está claro: Vamos a dormir a la cumbre del Picu.

Charlamos un rato largo con Tomás y Sergio. Nos hacen unos bocatas para cenar y sobre las 17:30 salimos hacia La Celada. Esto si que nos da pereza.

Bajo la cara Este nos cruzamos con Luis Rubio, al que le damos una envidia enorme.

Cara Sur: arnés de nuevo y a escalar con el piano a la espalda.


2º Largo. 
Llegando al anfiteatro. 

En la terraza central nos cruzamos con Nano, Natalie y Ernesto que vienen de La Rabadá. Algo tienen esa vía que tanto nos atrae!

Comentamos el día y nos despedimos, que a ellos les queda más que a nosotros.

Con las últimas luces llegamos a la cumbre, sobre las 20:45. 

Nos hemos perdido parte del aterdecer al estar en la cara sur, pera aún así, desde aquí arriba es un espectáculo.


Últimas luces en la cumbre. Felices.

















Preparamos el vivac y nos sentamos cada uno inmerso en sus pensamientos. Creo que sobran las palabras.

Ha sido un día de trabajo increíble, encadenando tres de las más importantes cumbres del Macizo Central y de Los Picos en general. Un recorrido estético y diferente. 

Tras una noche cálida y sin apenas viento, disfrutamos del amanecer y nos bajamos, antes incluso de que las primeras cordadas aparezcan.


Primeras luces sobre El Neverón, Torrecerredo...

















Desayunamos con Tomás y seguimos hacia Poncebos, disfrutando de la montaña, de sus gentes y sobre todo de esa sensación que nos deja, invitándonos a volver una y otra vez.

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